miércoles, 6 de enero de 2010

Vacaciones

Esta mañana me levanté animado. Los martillazos de algún operario cercano precipitaron mi salida de casa, pero no estoy de mal humor. Tras un desayuno frugal y tras tomar mi medicación, me lanzo a la calle en busca de libertad, en busca de no hacer nada, dejarme llevar mientras el viento me acaricia la cara entre el bullicio del centro de la ciudad me resulta agradable aunque con la extraña sensación de haber sentido náuseas por la misma circunstancia días antes.
Pero ahora estoy de vacaciones. Hace frío. Esta sensación de libertad me resulta agradable. Gente. Mucha gente alrededor de tiendas con los ojos desorbitados mirando escaparates o preguntando, tímidamente o no, a los dependientes precios, calidades, garantías...
Relajo la mente y trato de dejarme llevar por la marea humana que me rodea. Aquí no me conoce nadie y esa sensación de anonimato me gusta. De repente viene a mi mente la sonrisa de ella. Ella es una maravilla. He estado junto a ella meses y nunca me he percatado de su sonrisa, de sus movimientos, de su serenidad. Música. Cada vez proliferan más los músicos por las calles de las ciudades. No me gusta que cuando la gente pase por delante de ellos dejen de tocar y saluden haciendo una reverencia ansiando la moneda. Dignidad. Su arte es digno y los hace dignos a ellos. Paso cerca de la oficina de Mitch.Pienso en sacarlo de la humareda que tiene como oficina a para tomar un café, liberarlo de los ladridos del teléfono por un instante, de los gritos del fax,pero justo acaba de acabar la hora del café y probablemente le interrumpa alguna gestión. Decido no llamar y me adentro solo a desayunar en el primer bar que veo abierto. Observo los movimiento de la gente, sus comentarios, sus vestimentas. Guardo silencio y soy espectador de toda ese teatro que supone estar vivo. Estoy de vacaciones.

1 comentario:

  1. A pesar de la "incontinencia comentaril" de este blog, me lanzo para animarte a que sigas participando, así quizá, no desaparecerá en breve. Como no, otro empujón para los fundadores malhumarados.
    Días sin trabajo, buen humor y vida... ahí se te ve en to lo tuyo.

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